METEOROLOGÍA EN LA INDIA ANTIGUA
Introducción. Jyotisa
y Samhita. Los climas de la India. Las mansiones lunares (nakshatras).
Las "nubes preñadas" en la tradición india. Síntomas que
aparecen en meses concretos y tienden a nutrir los embriones de la lluvia.
Signos indicadores del aborto de los embriones de la lluvia y que tienden a
destruir las posibilidades anunciadas previamente. Medios para averiguar la
cantidad de la lluvia futura. Clasificación de la nubes. Medida de la lluvia.
Introducción
Los calendarios árabes medievales muestran el concepto de "nubes hembras capaces de parir" refiriéndose a determinados períodos de tiempo del año, derivados de los ortos y ocasos de las mansiones lunares; genéricamente, en árabe se llaman naw, plural anwa'. Su significado literal es de "nube", pero indica en este caso el tipo de régimen atmosférico, de varios días de duración -entre 3 y 7 por lo general- que se produce durante la salida o puesta de un asterismo.
Uno de estos períodos es el
del ocaso de las Pléyades, que marca uno de los períodos claves de la onda
climática anual; con el fenómeno de la precesión de los equinoccios la fecha ha
ido variando, pero situada en el Zodíaco fijo sería el entorno del actual 11 de
noviembre, que, por lo general, abre las puertas al inicio del invierno
climático.
Esa fecha marca aún el
"veranillo de San Martín", período cálido típico que se produce a
primeros de noviembre, antes de la llegada del invierno climático. El
veranillo, el santo francés y la leyenda a él asociado (corte con la espada de
la capa de San Martín en dos para ceder una de las mitades a un mendigo aterido
por el frío) no son sino los productos resultantes de la cristianización de
antiguos conceptos y doctrinas.
Hagamos un recorrido atrás en
el tiempo hasta llegar al origen de estas ideas, que, por lo menos, se remonta
a la India védica (cultura que abarca el período comprendido entre 1300 a.C y 300 de nuestra Era; sin duda el
origen de todas estas doctrinas y creencias es anterior, pero las fuentes
escritas sólo nos permiten aportar pruebas hasta esa época.
Que acabemos llegando a la
India no debiera sorprendernos excesivamente; hasta la Europa medieval llegaron
de allí, traídos por los árabes en su proceso de expansión, no pocos
conocimientos matemáticos y astronómicos, así como el sistema de numeración posicional
actualmente en uso.
Veremos más adelante la
recurrencia de las ideas y doctrinas que vamos a exponer a continuación en la
Edad Media y en el Renacimiento, así como su supervivencia en el mundo rural
español; incluso pueden oírse aún en labios de los cabañuelistas españoles, de
los que hablaremos posteriormente. Esta clase de conocimiento, llamado
Meteorognomía, fue trasplantando a América por españoles y portugueses, de modo
que lo encontramos actualmente allí, mostrando un intrincado sincretismo con
las ideas y creencias indígenas. Pero ese estudio es otro asunto.
Jyotisa y Samhita
Varahamihira fue un escritor
enciclopédico que tomó de prestado en sus obras a otros autores anteriores y
contemporáneos, no sólo en materia de Astronomía y Astrología, sino también en
otros campos. Sus trabajos presentan una enorme importancia, dado que
actualmente son la única fuente para el conocimiento de diversas materias y
muchos autores que, de no ser por las referencias que de ellos aporta, se
habrían perdido definitivamente para nosotros.
Varahamihira da por sentado
que la ciencia de Jyotisa se divide en tres partes. La primera se llama Tantra
y comprende la determinación de la posición de los cuerpos celestes mediante
cálculos matemáticos; la segunda, Hora, trata del cálculo del horóscopo
(grado del signo zodiacal que sale por el horizonte Este en un momento
determinado); y la tercera es la Astrología natural, llamada Angaviniscaya
o Sakha. El compendio de las tres se conoce como Samhita.
Sin embargo, Samhita
posee dos significados: el más genérico, el de la ciencia de Jyotisa en
su totalidad (jyotisa-sangraha); y otro más limitado que denota la
Astrología natural. Ésta, conocida como Samhita, Sakha, Anga o Phalagrantha,
trata de los siguientes asuntos: el curso del Sol y demás planetas y, durante
ellos, sus síntomas naturales y anómalos; magnitud, color, brillo de los rayos,
aspecto, salidas y puestas, sus trayectorias y desviaciones de ellas,
movimiento retrógrado y post-retrógrado, las conjunciones de los planetas con
los asterismos, etc., así como sus consecuencias; la división de los asterismos
(nakshatras, mansiones lunares) en nueve tríadas y su asignación a
diferentes países; el curso de Canopo y de la Gran Osa, asignación de cosas,
países y pueblos a diferentes planetas y asterismos, la conjunción de los cinco
planetas en la figura de un triángulo (graha-srngataka), conflictos
planetarios, la conjunción de los cinco planetas con la Luna, los efectos
producidos por los planetas en los años por ellos gobernados, los síntomas del
embarazo de las nubes, la conjunción de la Luna con los asterismos Rohini,
Svati, Purvasadha y Uttarasadha, las primicias de la lluvia
inmediata, pronósticos por el crecimiento de las flores y enredaderas, el falso
sol (parhelios), el halo, la línea de nubes que penetran el disco solar a la
salida o a la puesta, el viento, los meteoros, los cuadrantes ardientes
(estaciones), terremotos, crepúsculos con arreboladas, nubes con apariencia de
ciudad, la neblina, los huracanes, la fluctuación de los precios con arreglo al
movimiento del Sol en los signos del Zodíaco, pronósticos por el crecimiento de
las cosechas, bandera de Indra (fiesta hindú), el Arco Iris, arquitectura
residencial, quirología, augurios por los cuervos, el círculo augural, el
círculo de las bestias salvajes, el círculo de los perros, el círculo de los
vientos, arquitectura de los templos, iconometría e iconografía, instalación de
imágenes, horticultura, exploración de las venas de agua del subsuelo, la
lustración, los signos y omens de las lavanderas, mitigar el influjo de
los portentos (meteoros), materias diversas (misceláneas), los signos de los
juramentos, diademas, gallos, tortugas, vacas, cabras, caballos, elefantes,
hombres y mujeres; reflejos en el harén (que comprenden la apreciación de las
virtudes femeninas, logro del afecto, remedios eróticos, cosméticos y perfumes,
la unión del hombre y la mujer), el pronóstico por los forúnculos, cortes en
los zapatos o rasguños en las prendas de vestir, de los mangos de los paraguas,
por los lugares de las camas y de los asientos, examen de las joyas, omens
de las lámparas, palillos de dientes, etc., tanto en la vida de los hombres
comunes como de los reyes.
Los asuntos abarcados por Samhita
se dividían en dos clases: anga y upanga. De acuerdo con Garga,
lo basado en los planetas, asterismos y los doce signos del Zodíaco se llamaba anga
y todo lo demás upanga. Por eso, las secciones correspondientes a la
fauna, signos de los hombres, de las mujeres, cortes o prendas de vestir o
zapatos, reflejos de la humanidad, examen de las joyas, signos de las lámparas,
mondadientes, diademas, juramentos, paraguas, camas y asientos, etc., que son
de un gran valor para la historia de la cultura, se agrupan bajo la categoría
de un asunto menor, o sea, upanga.
Los climas de la India
Al tratar de la Meteorología
antigua en la India nos hallamos ante una amplísima variedad de climas, desde
el monzónico a otros desérticos y, entre ambos extremos, regímenes más
intermedios afectados por las llanuras o la alta montaña, valles de grandes y
pequeños ríos, la proximidad del océano, etc.
El monzónico, propio de
algunas zonas intertropicales, presenta un régimen de precipitaciones muy
peculiar; se trata de un clima cálido y muy húmedo que presenta su máxima
pluviosidad durante una estación, por lo general la de cuando el Sol posee la
mayor altura anual sobre el horizonte, y un corto período de reducida
precipitación, cuando el Sol se halla más bajo.
Tal es el caso del sistema
monzónico del SE. de Asia, India Occidental (Costa Malabar y Burma); aquí, los
vientos alisios del Este, tropicales, cálidos y cargados de humedad, dejan su
lluvia en el borde litoral durante los meses de junio y julio, con una acusada
estacionalidad respecto al resto del año (gran diferencia en el agua recogida
en comparación con los demás meses).
Monzón viene del árabe mausim
y del malayo musim, que significan "estación"; todos estos
términos vienen de men-mon, "la Luna", y por tanto, aluden a
"mes" y a "mensualidad", procedentes de los tiempos de la
cronología lunar, muy a tener en cuenta en este Capítulo.
La vegetación, los cultivos y,
en general, los ecosistemas, se han adaptado tradicionalmente a esta peculiar
característica climática, muy diferente del de otros climas del mundo. Lo mismo
puede decirse del resto de climas de la India, que oscilan entre la extrema
pluviosidad de los monzones de verano y la aridez de los desiertos de Thar e Indu,
en el Noroeste, u otras zonas donde la irrigación de ríos tan caudalosos como
el Indo,el Ganges y el Brahmaputra alimentan la gran
fertilidad de las tierras por ellos bañadas, al Este y Oeste de la enorme
extensión ocupada por este país, con una de las civilizaciones más antiguas del
mundo.
Otra cosa que hemos de tener
presente es que en las culturas antiguas las estaciones climáticas no se
acotaban como ahora hacemos por medio de las astronómicas (equinoccios y
solsticios, o ingreso del Sol en 0° Aries
-inicio de la primavera-, 0°
Cáncer -inicio del verano-, 0° Libra
-inicio del otoño- y 0°
Capricornio-, sino por los ortos y ocasos de los asterimos u otros elementos
naturales; por ejemplo, en la India aún se acostumbra en los medios rurales a
dividir e año en cinco estaciones climáticas: Vesanta (primavera), Grichma
(verano), Varea (lluvias), Sarad (otoño), Hemanta
(invierno) y Sisiva (fresco).
Las mansiones lunares (nakshatras)
Antes de entrar a estudiar
algunos elementos de la antigua meteorología india que han conseguido llegar
hasta nosotros, debemos exponer una de las particularidades del sistema
astronómico allí empleado, el de las mansiones lunares; también era utilizado
en China, y fue traído por los árabes a la Europa medieval. Tiene particular
interés por pertenecer a la cronología lunar (paleolítica), muy anterior a la
solar (neolítica y actual).
La Luna fue el primer
computador natural utilizado por la humanidad para orientarse en el tiempo
(época paleolítica, tiempos de caza y recolección); los bisontes de Altamira
están siendo interpretados actualmente como un zodíaco lunar, por ejemplo. Y es
en esta perspectiva que debemos considerar los nakshatras de la
astrología india, como un resto de la época de la cronología lunar paleolítica.
Cada noche la Luna puede ser divisada sobre un determinado conjunto de estrellas (asterismo) del cinturón zodiacal; a la noche siguiente habrá abandonado esas estrellas, avanzando hacia la izquierda del observador, de modo que ahora "reside" o "se ha posado" sobre un asterismo diferente. Lo mismo sucederá en noches sucesivas, de modo que en 27 noches consecutivas habrá dado una vuelta completa y a la vigésimooctava se la podrá divisar muy próxima a la posición inicialmente considerada (el período sideral de la Luna es ahora de 27 días 7 horas 43 minutos y 4,7 segundos).
La referencia más importante
de todos estos asterismos es su primera aparición tras la luna nueva, justo en
el ocaso solar, muy próxima al horizonte occidental (la neomenia griega
-nuevo mes-, el primer día del mes lunar, un momento importante de todas las
religiones antiguas).
Otro elemento característico
de la astrología india es el concepto de "día lunar" o tithi,
tiempo en que la Luna tarda en recorrer 12° (1/30 del círculo); empezando por la luna nueva, un tithi se
completa cuando la Luna ha rebasado al Sol 12° en el Zodíaco. Este es el primer tithi, de modo que al llegar
a la luna llena han debido transcurrir 15 tithis; y otros tantos quedan
hasta la siguiente luna nueva, completando así los 30 días lunares en un ciclo
solilunar indio (equivalentes a 29,5 días solares nuestros). Por tanto,
dado que la Luna se acelera y decelera a lo largo de este ciclo, el promedio de
un tithi es aproximadamente de 23,62 horas de nuestro día solar.
El ciclo de las fases queda
determinado por la luna nueva (Amavasya) y la luna llena (Poornina); ambos
puntos críticos dividen en dos mitades de 15 tithis el ciclo completo:
la mitad oscura o Krishna Paksha
(equivalente a la luna vieja o menguante) y la mitad brillante Shukla Paksha
(nuestra luna creciente).
Tanto el tithi como los nakshatras o mansiones lunares están aún en plena vigencia en la India actual; y no son usados solamente por los astrólogos, sino que se hallan imbricados en la religión, ritos y celebración de festividades de enorme trascendencia.
Para mejor comprensión posterior de la peculiar visión de la antigua meteorología india, damos a continuación la relación de nakshatras:
Nakshatra Posición zodiacal
1. Aswini 0°-13°20´ Aries (Aries)
2. Bharani 13°20´ - 26°40 Aries (Triángulo)
3. Krittika 26°40 Aries-10° Tauro
(Pléyades)
4. Rohini 10° Tauro-23°20 Tauro (Aldebarán)
5. Mrigsira 23°20 Tauro-6°40´
Géminis (Orión)
6. Ardra 6°40´ Géminis-20°
Géminis (Betelgueuse)
7. Punarvasu 20° Géminis-3°20´
Cáncer (Pollux)
8. Pushya 3°20´ Cáncer-16°40´
Cáncer (Castor)
9. Aslesha 16°40´ Cáncer-0° Leo
(Hydra)
10. Magha 0° Leo-13°20´ Leo (Regulus)
11. Purvaphalguni 13°20´ Leo-26°40´ Leo
(Zosma)
12. Uttraphalguni 26°40´ Leo-10° Virgo
(Denebola)
13. Hasta 10° Virgo-23°20´ Virgo (Cuervo)
14. Citra 23°20´ Virgo-6°40´
Libra (Spica)
15. Svati 6°40´ Libra-20° Libra
(Arturo)
16. Vishakha 20° Libra-3°20´ Scorpio (Zubemubi)
17. Anuradha 3°20´ Scorpio-16°40´
Scorpio (Scorpio)
18. Jyeshtha 16°40´ Scorpio-0°
Sagitario (Antares)
19. Mula 0° Sagitario-13°20´
Sagitario (Shawla)
20. Purvashadya 13°20´ Sagitario-26°40´
Sagit. (Kaus Aust.)
21. Uttrashadya 26°40´ Sagit.-10°
Capricornio (Nunki)
22. Shravana 10° Capricornio-23°20´Capric.
(Altair)
23. Dhanishtha 23°20´Capric.-6°40´
Acuario (Delfín)
24. Shatbisha 6°40´ Acuario-20°
Acuario (Acuario)
25. Purvaphadrapada 20° Acuario-3°20´
Piscis (Pegaso)
26. Uttraphadrapada 3°20´ Piscis-16°40´
Piscis (Pegaso)
27. Revati 16°40´ Piscis-0° Aries
(Piscis)
(Fuentes: Ronnie Gale Dreyer. Indian
astrology. A Western approach to the ancient Hindu art. Cap. 8, pág. 206;
Dr. L. R. Chawdhri. Secrets of astrology based on hindu astrology.
Sterling Publishers Private Limited. New Delhi, 1994, págs. 7-10).
El sistema de mansiones chino
y árabe consta de 28 asterismos, de hecho los intercambios culturales hicieron
que entre los siglos VI y XI algunos autores indios adoptasen este último sistema;
de todos modos hay discrepancias también en la naturaleza de algunas mansiones,
el modo de atribuirles las cualidades, etc., cosa que, por otra parte, no ha de
resultar extraña en absoluto.
Tal vez la mansión más
importante por su relación con las lluvias sea la cuarta, Roihni (la
vaca roja), nuestras Pléyades (aunque según algunos autores, como indica la
denominación, se trata de la estrella roja Aldebarán); la idea, la
constatación, o, la creencia, llegó en Europa hasta, al menos, nuestro siglo XVII:
También
se tiene experimentado que, cuando fuese alguna lunación lluviosa, comúnmente
acontece la mayor lluvia cuando la Luna pasa por las Pléyades (Antonio de Nájera. Summa astrologica y arte para enseñar hazer
pronósticos de los tiempos. Lisboa, 1632. Cap. I, Segunda Parte. Reedición
de Gracentro, Zaragoza 1996, pág. 150).
Los meses indios están basados
igualmente en la cronología lunar; para lo que sigue, damos los términos de los
mismos, la equivalencia solar occidental y la posición del Sol en la mansión
lunar correspondiente:
Signo Fechas Mes indio Posición del Sol
Aries 21 III-21 IV Vaisakha Vaisakha
Tauro 22 IV-20 V Jesth Jyestha
Géminis 21 V-21 VI Asar Purva
Asadha
Cáncer 22 VI-22 VII Sarvana Sarvana
Leo 23
VII-23 VIII Bhadra Purva Bhadra
Virgo 24 VIII-23 IX Aswij Aswini
Libra 24 IX-23 X Kartik Kartika
Escorpión 24 X-22 XI Maghsar Mrigasira
o Aridra
Sagitario 23 XI-21 XII Pausa Pushyami
Capricornio 22 XII-19 I Magh Magha
Acuario 20 I-18 II Phagun Phalguni
Piscis 19 II-20 III Citra Citra
Las "nubes
preñadas" en la tradición india
En las economías basadas en la
agricultura y la ganadería, sobre todo con nomadeo o trashumancia, así como en
las de pura supervivencia, el impacto que posee el régimen de lluvias no necesita
ser exagerado; allá donde vayamos, no importa a qué parte de nuestro planeta,
encontramos siempre, en todas las culturas, medios para conocer de antemano la
clase de año que va a hacer, seco o lluvioso, con aguas adelantadas o
retrasadas, abundantes o escasas, qué tipo de viento va a predominar, etc.
Del siglo VI de nuestra Era (la datación no está muy clara pero parece que esta época podría ser fiable), tenemos un texto escrito en sánscrito, el Brhatsamhita de Varahamihira, que podría ser considerado como una obra troncal en la Historia de la Meteorología, tanto de la India como en general. Decimos esto porque abunda en referencias a otros autores que escribieron antes que él en materia meteorológica; entre ellos, Garga, Parasara, Vajra, Kasyapa, Badarayana, Asita-devala, y otros, cuyas obras, salvo excepciones, ya están perdidas para nosotros (apenas quedan algunos fragmentos de Gargisamhita). Bhattotpala, uno de sus comentadores, cita además a Siddhasena; igualmente, este autor da referencias de otras obras escritas sobre agricultura que dedican gran atención a la previsión de la lluvia futura.
El Brhatsamhita,
que posee su grupo de comentadores posteriores (lo que nos da idea de la
importancia que llegó a alcanzar), no es más que la culminación escrita de una
clase de conocimiento que, previamente, se hallaba en pleno uso como tradición
oral; este proceso de compilación suele producirse cuando de las sociedades
rurales nacen importantes concentraciones urbanas. Del mismo modo vemos pasar a
la letra las tradiciones árabes, cuando los nómadas se agruparon en ciudades e
iniciaron su expansión por el Norte de África hacia Europa (los gramáticos se
apresuraron a guardar la tradición oral en sus libros, igual que nosotros hemos
hecho con los refraneros en el siglo XX como respuesta a la extinción de la
vida rural).
La parte del Brhatsamhita
que trata de un modo más exhaustivo la previsión de la lluvia son los capítulos XXI a XXVIII. De acuerdo con las
creencias que circulaban durante la época en que fue escrita esta obra, y sin
duda en tiempos muy anteriores, el proceso de formación de las
"nubes" empezaba seis meses antes de que éstas trajeran la lluvia;
por ejemplo, las nubes que "conciben" en otoño-invierno dan a luz la
lluvia 195 días después (seis meses lunares y medio, no olvidemos que en la
India impera aún la cronología lunar).
Por "nube" hemos de
entender el tipo de régimen atmosférico que se da durante determinado período
de tiempo (las lunas nuevas o llenas, el paso de la Luna por determinados
asterismos, los ortos y ocasos de los asterismos, etc.), no el sentido literal,
ya que las sucesivas traducciones han velado el original.
La creencia se remonta por lo
menos a los tiempos en que fue escrito el Rig Veda, puesto que en I.6-4
contiene una referencia a la formación de "embriones de lluvia"; pero
de nuevo podemos asumir que, entonces, el conocimiento que se transmitía de
padres hijos oralmente fue compilado, al menos en parte, a lo largo de este
escrito.
Quienes trataron el tema de la
predicción de las precipitaciones difieren ampliamente sobre en qué momentos
tiene lugar la formación de los embriones de la lluvia; algunos (Siddhasena,
citado por Uptala) admitían que las nubes empiezan a concebir después de la
mitad brillante (luna creciente) del mes de Karttika (octubre-noviembre). Tal
vez encontremos aquí el origen del dicho castellano la luna de octubre siete
lunas cubre.
Sin embargo, este no era el
punto de vista predominante; Garga, Vasistha, Parasara, Rsiputra y Kasyapa
apuntaban que la fecundación de las nubes podía detectarse a partir del primer
día de la mitad brillante de Margasirsa y siguientes (noviembre-
diciembre), cuando la Luna recorre Purvasadha. Los fetos así formados
"paren" la lluvia 195 días más tarde (seis meses y medio), cuando la
Luna se halle en el mismo asterismo en el que tuvo lugar la concepción (estamos
tratando con tithi, o sea, días lunares, no lo olvidemos, y con una
cronología absolutamente lunar).
Fijémonos que el sistema es
observacional y de referencia estelar; aunque la precesión de los equinoccios
vaya desplazando el Zodíaco estelar respecto al de los signos
(fijo), el sistema podría ser usado en la actualidad, lo único que
variaría sería el asterismo de referencia. Estamos por tanto ante una
astrología puramente lunar y estelar, que aún sigue plenamente vigente en
nuestros días a lo largo de la India.
Con arreglo a este sistema,
las "nubes" formadas en la mitad brillante del mes (nuestra luna
nueva o creciente) hacen llover en la mitad oscura (nuestra luna vieja) y al
contrario; las que se forman durante el día dan fruto por la noche, y al revés;
las que conciben al amanecer traen la lluvia al atardecer y viceversa; las que
se forman hacia el Este derraman su lluvia en el Oeste, y al contrario, e
igualmente con otros parámetros similares.
Las nubes que conciben en el inicio de Margasirsa y en la mitad brillante del mes de Pausa (diciembre-enero) proporcionan escasa lluvia. El siguiente cuadro muestra los meses y quincenas de la formación de embriones de lluvia, así como los momentos en que su lluvia es derramada (Brhatsamita XXI 9-12):
Concepción Lluvias
Pausa krsna (XII-I) Sravana sukla (mitad brillante)
VII-VIII
Magha sukla (I-II) Sravana krsna (VII-VIII)
Magha krsna (I-II) Bhadrapada sukla (VIII-IX)
Phalguna sukla (II-III) Bhadrapada krsna (VIII-IX)
Phalguna krsna (II-III) Asvina sukla (IX-X)
Caitra sukla (III-IV) Asvina krsna (IX-X)
Caitra krsna (III-IV) Karttika sukla (X-XI)
Ahora bien, ¿cómo distinguir
los signos de la lluvia? ¿Cómo saber si los embriones generados van a resultar
en buenas lluvias o no? He aquí los auspicios anunciadores de que los fetos de
las lluvias van a estar bien nutridos:
Vientos suaves y agradables
del Norte, NE. y Este; cielo limpio; Sol y Luna cubiertos de un halo satinado,
brillante y espeso; cielo encapotado de nubes grandes y densas, lisas, con
formas de agujas o afiladas y rojas, negras o azules, así como Luna y estrellas
brillantes; mañana o atardecer acompañados de Arco Iris, retumbar de truenos,
relámpagos y aparición de parhelios; pájaros y animales que emiten sonidos
agradables desde el Norte, el Nordeste y Este; planetas grandes de rayos suaves
y no dañados moviéndose en orden pradaksina (al Norte del asterismo);
árboles con sus retoños sanos (sin daños); hombres y cuadrúpedos felices (BS
XXI, 14-18).
Las nubes que aparentan perlas
o plata, o recuerdan al tabaco, a los lotos y a los colirios, con forma de
animales acuáticos, anuncian abundante lluvia; las nubes abrasadas por intensos
rayos de Sol y acompañadas por suave brisa derraman el agua con exceso en el
tiempo del "nacimiento".
Síntomas que aparecen en
meses concretos y tienden a nutrir los embriones de la lluvia
Margasirsa (noviembre-diciembre): ausencia de fríos severos. Horizonte brillante
y rojo por la mañana y nubes acompañadas de halos.
Pausa (diciembre-enero): ausencia de escarchas fuertes.
Magha (enero-febrero): vientos fuertes, Sol y Luna con su luz oscurecida por
la escarcha, demasiada frialdad, aparición de nubes a la salida y a la puesta
de Sol.
Phalguna (febrero-marzo): vendaval áspero y violento, nubes satinadas y
flotantes, halos incompletos alrededor del Sol y de la Luna, Sol con aspecto
cobrizo o de color ámbar.
Caitra (marzo-abril): viento, nubes, lluvia y halos.
Vaisakha (abril-mayo): nubes, viento, lluvia, relámpagos y truenos.
Signos indicadores del
aborto de los embriones de la lluvia y que tienden a destruir las posibilidades
anunciadas previamente
Ausencia de meteoros,
relámpagos, tormentas de polvo, estaciones (cuadrantes del año) ardientes,
terremotos, nubes con apariencia de ciudades, cometas, conflictos planetarios,
truenos, señales de sangre, aceite, etc. en el agua de lluvia, Arco Iris y
aparición de Rahu (astronómicamente el Nodo Norte de la Luna, pero
también el demonio causante de los eclipses, hijo de Simhika, esposa del sabio
Kasyapa) y también de los otros tres portentos, a saber, celestiales,
atmosféricos y terrestres (BS XXI, 25-26).
Uptala afirma que si alguno de
estos fenómenos aparece inmediatamente después de la formación de los embriones
de la lluvia, hay pocas probabilidades de precipitaciones (BS XXI, 26).
Además, los signos contrarios de aquellos generales y de los fenómenos
especiales indicadores de lluvia, descritos anteriormente, minimizan las
probabilidades de ésta.
Los fetos de nubes formados en
cualquiera de los meses que van de Margasirsa (noviembre-diciembre) a Vaisakha
(abril-mayo), cuando la Luna entra en uno de los cinco asterismos (o sea, Purva
-y Uttara-Bhadrapada, Purva-, Uttarasadha y Rohini), dan
lluvia abundante; un embrión formado en cualquier mes en los asterismos Satabhisaj
o Aslesa, Arra o Svati, o Magha, se desarrolla y
hace llover durante muchos días, mientras que los fetos destruidos por los
portentos celestiales, atmosféricos y terrestres, indican ausencia de lluvia
durante muchos días; los de Pausa (diciembre-enero) durante 6 días; los
de Magha (enero-febrero) durante 16 días; los de Phalguna
(febrero-marzo) durante 24 días; los de Caitra (marzo-abril) durante 20
días; y los de Visakha (abril-mayo) durante sólo 3 días.
Se observará que algunos
nombres de los asterismos no coinciden con la lista de los actuales, a causa de
las transformaciones idiomáticas causadas por el paso del tiempo, lo cual
dificulta nuestra comprensión y la interpretación del texto fuente, algo
frecuente cuando viajamos hacia el pasado.
Un embrión de lluvia
acompañado por los "cinco concomitantes", es decir, el viento, el
agua, los relámpagos, truenos y las nubes, hace llover profusamente sobre una
extensión de 100 yojanas; los que vienen con cuatro fenómenos sobre 50 yojanas;
los que traen sólo tres fenómenos hacen llover sobre un área de 25 yojanas;
el que viene acompañado por dos sobre 12 yojanas. Pero mucha lluvia
en el tiempo de la concepción tiende a su destrucción (BS XXI, 34) y
produce sólo una llovizna cuando llega el momento de "parir" (BS
XXI, 37). Si, finalmente, un embrión de lluvia completamente desarrollado no
descarga cuando es tiempo de hacerlo, es decir, al cabo de 195 días, dará
granizo en el momento de la segunda concepción.
Los cuatro días siguientes al
octavo de la mitad brillante de Jyestha (abril-junio) se contemplan como
"los servidores del viento", y los que vienen con viento suave del
Norte, Sur o Este, así como con nubes brillantes, favorecen buenas lluvias; una
lluvia durante el mismo mes y quincena (Jyestha suka) en los cuatro
asterismos, es decir, Svati, Visakha, Anuradha y Jyestha indica
ausencia de lluvia en Sravana (julio-agosto), Bhadrapada
(agosto-septiembre), Asvayuga (septiembre-octubre) y Karttika
(octubre-noviembre) respectivamente (BS XXII, 1.3).
De acuerdo con Kautilya una
previsión de cantidad de lluvia podría ser realizada observando la posición,
movimiento y embarazo de Júpiter, la salida, puesta y movimiento de Venus, y el
aspecto natural o anormal del Sol (Arthasastra, 24.7.8).
Medios para averiguar la
cantidad de la lluvia futura
La estimación de la cantidad de la lluvia futura era llevada a cabo por medio de la observación atenta del viento a través de una bandera negra de 4 cubitos de largo (unos 45 cm cada uno), colocada en un mástil de 12 cubitos de alto durante el tiempo de la conjunción de la Luna con Rohini (naksatra o mansión de las Pléyades). Para este fin se observaban cuatro velas o guardias durante el día (períodos de tres horas), las cuales se consideraban representativas de cuatro meses, empezando con Sravana (julio-agosto), respectivamente; y sus partes correspondían a los días dentro de sus respectivos meses. Caso de que el viento viniera simultáneamente de dos direcciones, el que mostraba mayor firmeza es el que debía ser tenido en cuenta. El Krsi-Parasara (verso 34) también prescribe el uso de una bandera para la determinación de la dirección del viento.
El color, tamaño, etc.
de las nubes era también cuidadosamente observado, y sus rasgos descritos
ampliamente (BS XXIV, 12-25). Observaciones similares de la conjunción
de la Luna con el asterismo Svati se llevaban a cabo en la mitad
brillante del mes de Asadha (mayo-junio): una lluvia durante la 1ª vela
indicaba la abundancia de todas las cosechas, en la 2ª de sésamo, grama verde y
negra, y si caía en la 3ª vela de la noche de la cosecha de verano. Igualmente,
la lluvia en la 1ª vela del día anunciaba buena lluvia, durante la 2ª lluvia
acompañada de insectos y reptiles, durante la 3ª parte lluvia moderada, y si
llovía durante el día completo indicaba lluvias oportunas. Si había caída de
nieve, vientos fuertes y veloces, truenos continuos y relampagueos en la
conjunción de la Luna con Svati durante el 7º día de la mitad oscura de Magha,
debían esperarse buenas lluvias y abundantes cosechas.
El Krsi-Parasara aporta
normas detalladas para determinar el regente y el ministro del año en cuestión,
así como su influencia en la lluvia y el clima, implicando elementos
recurrentes en la astrología árabe y medieval y renacentista
europea posteriores.
Un método interesante para
determinar la cantidad de lluvia durante el año entero por venir se encuentra
en este mismo texto: el mes entero de Pausa (diciembre-enero) se dividía
en 12 partes iguales, cada una de dos días y medio, que representaban los 12
meses del año empezando por Pausa. La dirección del viento determinada
por medio de una bandera durante estas 12 partes de Pausa predecía la
lluvia en los meses representados por esas partes. El viento que venía del
Norte o del Oeste en cualquiera de ellas indicaba buenas lluvias durante los
meses así representados, mientras que los vientos del Este o del Sur predecían
la escasez de la lluvia; si, por otra parte, el viento no soplaba de una
dirección definida, no llovería en absoluto, mientras que el viento que soplaba
al azar indicaba lluvias irregulares. Cada cinco dandas (24 minutos) de Pausa
(es decir, dos horas) correspondía a un día del mes. La lluvia en la primera
mitad de estos 5 períodos-danda indicaba precipitaciones durante el día,
mientras que en su última mitad predecía lluvia durante la noche; y así sucesivamente
(versos 12-23, 31-34). Un chaparrón tormentoso acompañado de truenos y
relámpagos en el 7º día de la mitad brillante de Magha (enero-febrero) y
Phalguna (febrero-marzo) o en el tercer día de la luna llena en Caitra
(marzo-abril) o Vaisakha (abril-mayo) mostraba buena lluvia y abundantes
cosechas durante ese año (versos 39-40).
Según otro curioso método, en
la primera noche de la mitad brillante de Vaisakha (abril-mayo) se
escribía las palabras "haya éxito" en una pértiga 200 veces; a
continuación había que colocarla vertical en el lecho de un río, sumergiéndola
en el agua hasta la marca escrita; a la mañana siguiente se observaba el nivel
del agua. Si estaba igual indicaba que la lluvia que iba a caer ese año sería
similar a la del anterior; si el nivel del agua subía o bajaba indicaba mayor o
menor lluvia que el año precedente, respectivamente; si el nivel del agua
sobresalía por encima de la parte escrita de la varilla anunciaba doble
cantidad de lluvia e inundación (versos 45-49).
La dirección del viento en el
día de la luna llena de Asadha era observada atentamente para determinar
la naturaleza de la lluvia futura (versos 56-57). Un chubasco o su ausencia en
el 7º día de la mitad brillante de Asadha indicaba
buena lluvia o sequía a lo largo del año (verso 38).
Clasificación de la nubes
El Brhatsamhita de
Varahamihira, principal fuente meteorológica india, no aporta ninguna
información a este respecto.
El Krsi-Parasara, en
cambio, divide las nubes en cuatro clases:
Avarta
Sambarta
Puskara
Drona
Una de ellas predomina sobre un año concreto; mientras avarta hace llover sólo en determinadas localidades, sambarta provoca la lluvia en todas partes; la lluvia es escasa durante el predominio de puskara, mientras que cae en abundancia cuando drona predomina (versos 24-26). Como refiere Calidasa al hablar de los tipos de nubes puskara y avarta, esta clasificación parece existir de muy antiguo, por lo menos de la era del emperador Gupta. La popularidad de esta cuádruple clasificación se hace evidente a partir de las referencia a drona-megha y drona-vrsti en Mrcchakatika X 26.39 de Sudraka. El Meghamala enumera ochenta tipos de nubes, diez para cada una de las montañas Madara, Kailasa, Kota, Jathara, Srngavera, Paryanta, Himarat y Gandhamadara; a continuación da sus nombres, es decir, Prabudha (o Subudha), Nandasala o Mandasala, Kanyada, Prthaksravas, Vasuki, etc. (Ms. Nº 844 de 1884-87 Nuevo Nº 24, folio 4a). De todos modos, estos nombres no son muy claros e implican detalles astrológicos.
Un tipo diferente de
clasificación parece haber prevalecido en tiempos aún más tempranos. De acuerdo
con Kautilya (ca. siglos IV-III a.C.) hay tres nubes que hacen llover
continuamente durante siete días; ochenta que derraman gotas minúsculas; y
sesenta que aparecen con la luz del Sol (Arthasastra de Kautilya
11.24.9-10).
Medida de la lluvia
La estimación del agua caída
parece haber gozado de gran importancia en la India desde tiempos tempranos; la
referencia más antigua a este respecto se encuentra en Astadhyayi de
Panini (Varsa-pramana III 4.32); la menor cantidad de lluvia es llamada gospada
en VI 1.45. La falta de lluvia o la sequía se denominaba avagraha (III
3.35). Había una amplia divergencia acerca del tiempo en que se debía empezar a
valorar las lluvias y otras materias similares; de acuerdo con Varahamihira, la
lluvia debía valorarse después del día de la luna llena del mes de Jyestha
(mayo-junio) cuando había llovido en los asterismos empezando por Purvasadha
(BS XXIII.1).
Con arreglo a otro punto de
vista, la cantidad de lluvia caída debería ser estimada cuando por primera vez
en la estación ha llovido suficiente para matar el polvo de la tierra o cuando
las gotas de agua se hacen visibles en las puntas de las hojas de la hierba.
La cantidad de lluvia era
predicha también con arreglo a lo que había llovido durante el paso de la Luna
por asterismos particulares en el comienzo de la estación. Se creía que en
cualquiera de los asterismos donde había llovido al comienzo, habría lluvias
repetidas en los mismos asterismos (BS XXIII.5). Kasyapa y otros
sostenían que si había lluvia en cualquier área al principio, debían esperarse
buenas lluvias a lo largo de la estación. Por otro lado, Devala mantenía que si
llovía sobre 10 yojanas (una medida de superficie) había seguridad de
abundancia durante toda la estación. De acuerdo con Garga, Vasistha y Parasara,
debía esperarse profusión de lluvia si llovía sobre un área de no menos de 12 yojanas
en el inicio de la estación lluviosa. La menor medida de lluvia, gospada,
que, como hemos visto, prevalecía en el tiempo de Panini (ca. 500 a.C.), es
llamativa por su ausencia en trabajos posteriores.
En tiempos de Varahamihira (s. VI) las estimaciones más comunes de lluvia eran pala, adhaka y drona:cincuenta palas hacían una adhaka y cuatro adhakas constituían una drona. La lluvia caída se estimaba mediante una medida redonda de un diámetro de uno hasta ocho cubitos (unos 45 cm), la cual contenía marcas indicadoras de palas. Llena indicaba una cantidad de lluvia llamada adhaka (BS XXII, 2). Estas medidas parecen haber estado en uso desde tiempos muy antiguos. De acuerdo con Kautilya (s. IV a.C.) el sannidhatr, o sea, el superintendente de la Casa del Tesoro tenía el compromiso de medir la lluvia anual, y la estimación utilizada con este propósito tenía también un aratni o cubito de diámetro (Arthasastra II.V.7).
El Samasasamhita (como
lo cita Uptala en BS XXIII, 2) describe este cubito o medida adhaka
para Magadha. Puede sugerirse que este sistema de medida de la lluvia caída,
mencionada tanto por Kautilya como por Varahamihira, prevaleció en la India,
sobre todo en Magadha (Sur de Bihar) desde el cuarto o tercer siglo a.C. hasta
el siglo VI E.C., o sea, durante un período de unos mil años. Sin embargo, es
probable que los emperadores Maurya y Gupta lo introdujeran y popularizaran a
lo largo y ancho de su extenso imperio y, consecuentemente, llegara a ser la
medida de toda la India.
Sin embargo, de acuerdo con
Parasara, la altura y el diámetro de la medida para la lluvia debía ser de 20 angulas (18 cm) y 8 angulas
(unos 15 cm) respectivamente, y cuando está llena hasta el borde mide un adhaka
(según Parasara, citado por Uptala en BS XXI, 32).
Por otro lado, según la definición
que se encuentra en Meghamala, una lluvia continuada durante siete días
seguidos era llamada drona (Ms. Nª 844 de 1884-87, Nuevo Nª 24, fol. 1b,
verso 30).
Kautilya nos informa de que si
un tercio del total anual de la lluvia cae durante el inicio y finales de los
meses de la estación lluviosa (Sravana -julio o agosto- y Karttika -octubre
o noviembre-) y dos tercios en el centro (Bhadrapada -agosto-septiembre-
y Asvayuja era augurio de cosechas buenas y prósperas (Arthasastra
II 24-6). Junto a lo evidenciado en el Brhatsamitha muestra que la
estación lluviosa en aquellos tiempos empezaba en el mes de Sravana
(julio o agosto) y llegaba a su fin en Karttika (octubre o noviembre),
lo cual ya no sucede en la actualidad.
Resumiendo, a pesar de que un
gran número de textos que tratan de Meteorología india antigua se han perdido,
aquellos que perduran dan elocuente testimonio del gran éxito alcanzado por los
antiguos en este campo del conocimiento. De hecho, pese a la confusión que
plantean ciertos términos, resulta curioso observar que muchas máximas y
proverbios actuales que aún manejan los agricultores indios, hunden sus raíces
en las observaciones realizadas por sus antepasados lejanos hace milenios.